Que el restaurante Sacha tiene encanto nadie lo duda, parece que el tiempo no pasa por él, y se conserva año tras año como esa especie de “salón” donde además de comer y beber, uno charla con su acompañante de forma relajada, porque en Sacha parece que el tiempo se detiene para todo. Es de agradecer ese ambiente relajado, no navideño siendo un 26 de Diciembre, que te hace aislarte y centrarte tanto en la comida como en el diálogo.
Utilización de gran producto, con tratamientos sin alteraciones ni modernidades, dando como resultado platos de sabor tradicional, conocido, que no sorprenden pero reconfortan y gustan. Una comida en Sacha es lo más parecido a si un amigo que es un “cocinillas” te diera de comer en el salón de su casa, ya que no hay prisa, un trato cercano y esa ambiente que está pero no se ve, y resulta reconfortante. Restaurante con parroquia fiel y que llena noche tras noche este reducto de la mesonería madrileña.
Comenzamos con unos mejillones tabernarios . La literatura del enunciado me lleva a mesas de madera sin mantel, a grandes jarras de cerveza, a Bélgica y una salsa deliciosa conformada por vino blanco, albahaca y multitud de ajos que se han confitado provocan que moje pan a raudales. Sobresalientes.
Seguimos por unas bocados de huevas de salmón, que aun siendo generosas con unas huevas de gran tamaño, me pareció un plato demasiado salado. Probablemente una mezcla con algún otro ingrediente para reducir salinidad, pueda ser una buena idea. Descenso.
A continuación uno de los fijos de Sacha, ya que mi acompañante nunca la había probado, la falsa lasagna de txangurro. Pasta tremendamente suave y elegante que conforma un velo fino para la carne del crustáceo. Esta se presenta de forma abundante, con mucho sabor frescura. El conjunto se adereza con aceite, un poco de ajo y guindilla para resaltar el sabor. Un plato de esos que uno no se cansa de comer, un auténtico seguro.
Buscando el máximo disfrute, solicitamos el “tuétano”. Plato muy “sachero” presentado en vertical sobre una salsa de vino de oporto muy reducida con una hojita de romero para oler a campo. Totalmente gulesco, como acompañante un rebanada de pan tostado, y dos trozos de carne, perfectos de punto y sabor. Toque canalla reflexivo, el producto caro como guarnición, y el más económico elevado a los altares con una elaboración de campeonato. Ya tenemos dos fijos en Sacha. Para recordar.
Finalizamos con la tarta de manzana y helado ; perfecta de temperatura, sabor y sin ser nada empalagosa. Una buena forma clásica de acabar una cena muy amistosa, de agradable conversación.
Restaurante que se mantiene joven y dando guerra, apegado a los sabores tradicionales, y a un saber hacer que sigue convenciendo a muchos madrileños.
Botillería y fogón Sacha : Por ti no pasa el tiempo.
Ya veo que no descansas tú mucho. El 26 de diciembre y de cena.
Eso sí, una cena «light» para lo que nos tienes acostumbrados.
Esa lasagna de txangurro tiene una pinta……. todo finura.
Te va a ser tremendamente difícil superarte este año pero sé de sobra que intentarlo lo intentarás. Seguiremos aquí, al pie del cañón, siguiendo sin descanso tus aventuras. Un abrazo y enhorabuena por este 2013 tan productivo.
Bueno Jon, si a light le dices cenar tuétano, los platos menos la tarta esta vez eran individuales. La lasagna de txangurro es uno de sus clásicos, un éxito seguro. Y el 2014 será mejor que el 2013, el comienzo va a ser muy bueno. Estate atento, y verás.
Quien es el cocinero de verdad? Sacha o un cocinero sencillo que no sale!
Carmelo Martin
El tuétano es un elemento muy dificil para la mayoría de paladares, sobretodo por su cuerpo gelatinoso, pero como buen amante de la casquería a mi me encanta y este en concreto tiene una pinta bestial.
Tendremos que agruparnos #paladaresfortuetano Sergio un manjar tanto éste como el Punto Mx
Isaac: Anoche experimenté. Estuve haciendo un meloso de patata con tuétanos servido en copa de vermouth con un aceite aromatizado de romero que se nos saltaron las lágrimas. Im presionante. Las cañadas o tuétanos me parecen un auténtico manjar.
La próxima vez que experimentes, avísame….. 🙂 me gustan sus experimentos….
Me parece toda una genialidad el plato del Tuétano, intercambiando los protagonismos.
Asi es…. , el plato es genial un auténtico placer…
Sabes quien lo cocina?
Hola Ana,
Desconozco quien cocina, pero la responsabilidad de lo que sale a la mesa será del dueño que es Sacha, que cuida extremadamente lo que sale y los productos que entran en la cocina.
Desde el punto de vista del servicio, no son la alegría de la huerta.Cierta sequedad.
Mola lo de mejillones «tabernarios».
Casi te me imagino tomando con la cabeza gacha encima del plato lo mejillones, malencarao, mirando de reojo a dos tíos que están dándose de os.tias a tu lado, las jarras de cerveza volando sobre tu cabeza, y tú sin inmutarte, a lo tuyo, a los mejillones…
XXXD
Comiendo es difícil que alguien me importune, pero el otro día una mujer en Casa Marcial casi lo consigue. Los mejillones de no parar…..