O Loxe Mareiro: Cuando el entorno embauca.


Vieira O Loxe Mareiro

Ha sido mi primera visita a O Loxe Mareiro en Carril. Sin duda, marca. Esta pequeña casa a pie de mar que fue punto de control marítimo, local de carpintería, almacén de aparejos navales y bar te proporciona una perspectiva de casi ciento ochenta grados de la mar. La isla de Arousa, Villagarcía, Santa Uxía do RIbeira y la isla de Cortegada se divisan desde su terraza.

Cuando se reserva en O Loxe Mareiro, se dispone tanto de una mesa fuera como de una dentro. El aperitivo y la sobremesa se degustan mirando al mar de forma relajada. Nuestro tiempo se para en O Loxe Mareiro. El espacio se convierte en destino. El contexto natural te embauca. Cuando entras, sigues mirando hacia afuera a través de la ventana y la puerta. Ya te han ganado. Esa naturalidad se extiende al mobiliario de la terraza y el interior del local. Paredes blancas, bancos de madera, líneas sencillas, desnudez. Nada hace falta. Solo tú y el entorno.

Paisaje O Loxe Mareiro

Iago Pazos y Marcos Cerqueiro, propietarios también de Abastos 2.0 en Santiago de Compostela, son los responsables de este proyecto que cumple nueve años. Tras momentos duros, han encontrado la forma de que O Loxe Mareiro sea un sueño y un negocio a la vez. Abriendo fundamentalmente en la temporada de verano y en fines de semana fuera de ella. Su propuesta gastronómica ha evolucionado. De platos de mayor elaboración a una proposición más directa basada en el producto de proximidad de las costas gallegas, en el que éste brille de forma más natural y espontánea. Todo lo que se cocina y come ha salido del paraje marino que alcanza tu vista desde la terraza.

El aperitivo comienza por un trío de bivalvos en crudo. Almeja de cuchillo, ostra y carneiro o escupiña. Franqueza sin aderezos. Después unos berberechos con ralladura de lima. En punto perfecto, sabrosos, de tamaño más bien pequeño y un ligero toque cítrico que aportaba notas refrescantes. Divisando todavía la mar, unas fabulosas navajas abiertas a la brasa de textura no mórbida y mucha profundidad de sabor.

Navajas O Loxe Mareiro

A continuación, unos pequeños bocados de pescado azul. Un original sashimi de jurel con piparra junto con la xarda con dos texturas vegetales encurtidas. Mención especial, merece la estupenda sardina con tomate; donde ésta está tratada como un boquerón, siendo una explosión de acidez y gusto.

El salpicón de bogavante destaca por su punto perfecto (ver foto). El aderezo es poco invasivo, manteniendo el gusto original del crustáceo. La vieira a la gallega también es destacable. Finas y elegantes láminas se acompañan de migas de pan, sus corales y un guiso de cebolla conformando un conjunto suculento, de diferentes texturas y ligeramente dulce.

Salpicon de bogavante O Loxe Mareiro

El servicio es cercano, diligente, enfocado en hacer al comensal disfrutar. Antes de comenzar los siguientes pasos, nos muestran el pescado entero. Esta vez un San Martín o San Martiño por estos lares. El pescado se trabaja en diferentes preparaciones. Este hecho aporta una mayor amplitud gastronómica pudiendo detectar la riqueza de cada una de las partes y su versatilidad.

San Martiño

Se comienza con la mitad de uno de sus lomos en salpicón. Finas láminas, sutileza en el condimento y frescura extrema. En tempura, se presenta tanto la cabeza del pescado como la otra mitad del lomo. Para la testa, es la técnica perfecta para mantener su jugosidad y absorber los jugos. Es un placer degustar esta parte que rara vez se prepara y encontrar aquellos recovecos donde se almacena carne con un mayor grado de colágeno. La tempura es magnífica. Etérea y crujiente, permitiendo percibir la lozanía del San Martín con facilidad.

Tempura San Martín

Para el lomo restante se recurre al horno. Presentado con patata panadera, cebolla y pimientos resulta una mirada más clásica y tradicional. De alguna forma se pretende agradar a todos los perfiles de cliente. Al ser una pieza no grande (solo 2 personas) y fina, el horno no me pareció la preparación más atractiva. Sin que ello quiera decir que la ejecución y el punto no fueran adecuados.

Para finalizar, volvió la concha. Unas almejas finas a la sartén con salsa de algas (sobre todo lechuga de mar). Almeja de pequeño tamaño, pero con la concha repleta de carne. Fondo que aportaba mucha profundidad marina sin saturar. Muy notables.

Aunque ya ha oscurecido, resulta apetecible volver a la terraza a escuchar al mar. Es muy refrescante la manzana 2.0, una gago de manzana verde fría e infusionada. La tarta de melocotón destaca. No excesivamente dulce, con la temperatura adecuada para la época veraniega. Un disfrute junto con un espumoso gallego. El contexto enamora.

Tarta de melocotón O Loxe Mareiro

Sin duda volvería a O Loxe Mareiro. Un entorno diferencial en la parroquia gallega de Carril. La cocina adaptada totalmente al paisaje ofrece amplitud de preparaciones. Crudo, brasa, tempura, horno, marinados; más que suficientes técnicas para darse cuenta de la versatilidad del producto marino. En algunos casos, se echa de menos, un mayor calibre en algunos de los productos dada su existencia por estos lares.

Navajas, salpicón de bogavante, sardina con tomate, la tempura tanto en lomo en la cabeza, las almejas y la tarta de melocotón han sido los pases más destacables de una notable cena. Lo más importante es que O Loxe Mareiro se nos queda grabado en la memoria.

O Loxe Mareiro: Cuando el entorno embauca.

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