Por fin una arrocería en Madrid en un precio comedido; esa es la conclusión después de haber comido en Que si quieres arroz Catalina . Situado en el Palacio de La Misión (Bodas, Bautizos, Banquetes), ahora comienzan por el abecedario y le añaden la a de Arroz (solo mediodías).
Propuesta de entrantes, dos ensaladas, y diversos arroces, entre ellos secos como senyoret, el negro, el huertano, y una paella de fideo número 1, entre los melosos en perol: huertano, marinero y de bogavante americano, y como especialidad de la casa una verdadera paella valenciana con pato, conejo, bachoqueta (judía verde), garrofón (alubia), alcachofas y caracoles. El servicio invita a escoger el menú entre el que se encuentran varios entrantes, el arroz, postre ó café a un precio de 25€ (i.i); y verdaderamente merece mucho la pena; es decir la ecuación de lo recibido versus lo solicitado es altamente satisfactoria para el cliente.
En los fogones, el exbulli al que Ferrán Adriá dio en su día la responsabilidad de la Hacienda Benazuza, Rafael Morales. Criado en Valencia, llegó a conseguir dos estrellas Michelin para el hotel sevillano. En este caso, Rafa se aleja de la alta gastronomía para acercarse más a un público familiar, y de grupos que simplemente (aunque no siempre parece que esto es sencillo) quiere degustar un buen arroz.
Antes de comenzar nos comentan que nos podemos comer cierto contenido del florero, en concreto naranja, arroz y aceituna negra. Un guiño al mediterráneo y a Valencia que se completan junto con unos encurtidos, y un alioli de azafrán. Se recuerdan momentos bulli con la aceituna esferificada, a la cual la falta una textura algo más consistente.
Seguimos con la ensaladilla rusa, de buena textura, con multitud de ingredientes como huevas de trucha, aceituna negra, pepinillos, donde echamos en falta algo más de empuje en la mayonesa.
Con ella también nos llega unos boquerones en vinagre con patatas fritas, enteros y desespinados, muy suaves y equilibrados con el vinagre en una cantidad muy reducido. Un acierto.
A continuación en otra pareja de entrantes, las croquetas de jamón y unos calamares a la andaluza. Las primeras muy bien fritas, con mucho sabor, una parte exterior muy crujiente, y el relleno fluido, casi líquido; notables. Los calamares también destacando en su fritura, pero con un poco de falta de sabor.
Los entrantes no dejan de ser un preámbulo, una forma de llevar mejor la espera para la paella valenciana. Es necesaria solicitarla al menos con 3 horas de antelación, ya que el fumé se realiza en la propia paella. De sabor muy intenso, sin nada de grasa, con el grano muy suelto, y en su punto, como el resto de las verduras. El arroz ha absorbido tanto el caldo que la potencia gustativa se concentra mucho más en él que en los trozos de pato de la Albufera, o en el conejo. Imprescindible.
En la capital pocos arroces al nivel de esta paella valenciana, probablemente algunos de los la Bomba Bistrot, aunque sin ser una arrocería y tener esta variedad. Propuesta que en la zona de la Casa de Campo no tiene competencia, y diría que tampoco en la ciudad a este nivel de precio.
Un ejemplo de que se pueden encontrar en esta ciudad atiborrada de negocios de restauración, pequeños nichos de mercado, donde poder diferenciarse; y encontrar clientes.
En general una propuesta sencilla, con altos objetivos en cada uno de los platos, con los arroces como piedra angular, en los que se busca directamente la perfección. Para los arroceros, ya no será necesario hacerse 350km para asegurarse tomar un arroz como mandan los cánones valencianos.
Que si quieres arroz Catalina: Una señora paella en Madrid
Bueno auténtica, auténtica… Ahora te cogerán los talibanes regnevalencianistas y te dirán que de pato y alcachofa ná de ná. A mi, me la …. Muy buena pinta, sí señor!
A eso nos arriesgamos, la venden como valenciana, la hace un valenciano, y algunos valencianos ya me han dicho que eso sí es una señora paella, que pueda aparecer otros…pues a ello nos arriesgamos…
Pues la paella no se si será la autentica pero tiene una pinta…
La ensaladilla también tiene una presentación muy lograda, aunque no se ve la patata cocida, es de suponer que está debajo de la mayonesa, no?
Claro Sergio estaba por debajo, era bastante ligera…Buen sitio para un arrocito en Madrid
Casualidades de la vida. En media hora tengo yo quedada para comernos una paella. Sitio más modesto pero se que la cocinera es de las de siempre. Eso sí, la nuestra es «vasca», de carne. 🙂
Esas croquetas tienen una pinta estupenda, echo de menos una foto para poder ver el interior, en una croqueta me parece interesante detalle.
No te voy a echar piropos a las fotos que ya te los echas tú. 🙂 Un saludo.
Las paellas del norte en muchos casos son de un grosor desmesurado….
¡¡Y seguimos analizando inauguraciones!!, gracias Isaac.
Permíteme unas apreciaciones solo por hacer de abogado del diablo, porque este sitio por lo leído, por precio, y por calidad, creo que dará que hablar.
Esos boquerones, de aspecto magnífico, bien merecen unas patatas chips caseras, es una costumbre que se ha perdido totalmente y la verdad es que en algunos sitios las bordaban, por lo menos por aquí, son detalles que marcan la diferencia.
Las croquetas. Las cualidades que defines las hacen suculentas, pero el exceso de fritura, que da como resultado ese color “moreno”, le confiere cierto sabor amargo que nunca me ha gustado. Es una recela fácil y difícil a la vez, hacerlas es fácil, hacerlas buenas ya no tanto. En ellas reina el sentido de la proporción; rebozado, relleno, fluidez y textura deben estar en perfecto equilibrio, la descompensación en alguno de los elementos determina el resultado.
Y la paella, ¡¡menuda paella!!, y que bien defines las virtudes que debe tener este plato, totalmente de acuerdo. Además toda una garantía de autenticidad el hecho de que el caldo se haga en el propio recipiente, cosa que cada vez se ve menos. Un gran colofón a un menú quizás demasiado largo, ese arroz debe de ser contundente.
No me veran por allí, con la oferta de Madrid el arroz sería la última opción, pero este es un ejemplo más de la gran diversidad gastronómica de calidad que ofrece la capital, sin parangón.
Saludos y gracias de nuevo.
De acuerdo contigo en el tema patatas, las que utilizan de bolsa son San Nicasio de las mejores. Croquetas no me parecieron con exceso de fritura, aunque tengan ese color.
Paella excelente, muy intensa, lo cual me gusta. Sales bien, no a reventar.. diríamos que era un menú de 2 y un arroz para 3. Te voy a tener que montar un blog paralelo
Buena pinta tiene esa paella, Vive Dios!
Estoy contento ahora con unos 20 km desde casa, ya no tengo que ir a VAlencia a comer paella….
La pinta de la paella, inmejorable y por lo que cuentas si todo el sabor se ha trasmitido al arroz, ha cumplido lo que debe ser en esencia una paella. En detrimento del sabor de la carne que la ha cedido al fondo.