Terraza, sol, mar, vistas a la playa ó al agua, chanclas, alpargatas, bermudas, pantalones cortos, los pies hasta con arena y de comer ¿qué elegimos?. Pues arroz, en este caso un arroz negro con sepia y gambas.
El arroz negro tiene su origen en los pescadores del litoral levantino y catalán, y del uso de la tinta del calamar, recién capturado, en sus guisos.
Personalmente es uno de mis preferidos, la tinta aporta cierta cremosidad al cereal, y provoca que el conjunto sea menos seco. Además su monocromatismo invita a ser devorado recordando otros platos como especialmente los chipirones en su tinta.
Ya sabemos que los arroces son preparados para compartir, por lo que es necesaria cierta complicidad gastronómica para que dos personas elijan el mismo plato y lo degusten de forma conjunta.
Ayer lo disfrutamos en el Restaurante La Payesa en el puerto de Cuidadela. Uno de esos sitios al que volvemos cada vez que visitamos Menorca, donde nos atendió el mismo camarero que hace dos años, con la misma amabilidad, y sobre todo el mismo sosiego, idéntica tranquilidad.
Nos supo excelente especialmente el sabor y la textura de la sepia que además había cogido un color marrón debido a ser cocinado conjuntamente con la tinta. Buen fumet. Paella más que generosa; nos dio para comer casi dos platos por persona.
Días de playa y arroz, de sol y cerveza, de salitre y helados, de vistas al mar. Días cómplices orientados a compartir el placer de lo cotidiano.
Estuve en Ciudadela hace unos años, Menorca nos encantó, ibamos con otro rollo, calas, paseos y bocatas con los pies en las aguas cristalinas. Hay que volver.
Juan, hay tiempo para todo…te levantas prontito, calas, y a las 15 estas en una mesa tomando un arroz