En 2004, Paco Quirós visitó el restaurante Zuberoa en Oiartzun donde cocina Hilario Arbelaitz; maestro vasco de una cocina basada en la materia prima, y en la tradición adaptada. En Zuberoa, la tarta de queso es una obligación, un postre legendario que se debe pedir al realizar la comanda para que llegue a la mesa casi recién hecha.

Esa obligación se ha trasladado a Madrid, y a la sucursal de Cañadío en la capital. Durante la noche de ayer, un altísimo porcentaje de comensales ponían fin a su cena con este postre. Buenos huevos de gallina, queso de las Jarradillas, una acertada cocción, y la mano del equipo de cocina provocan un gran placer para aquellos que solemos pedir tarta de queso allá donde vamos. Ayer comenté a mis compañeros de mesa es “la mejor tarta de queso que jamás he probado”.

En 2009, tras un concierto en San Sebastián, Bruce Springsteen y dieciséis personas más cenaron en Zuberoa. De entrantes, jamón, bogavante, Bruce luego  se decidió por un pierna de cordero con puré de patata, repitiendo del acompañante. De postre, le ofrecieron tarta de queso y Bruce comentó es “la mejor tarta de queso que jamás he probado”.

Ahora solo nos quedan tres pasos que dar. Visitar Zuberoa y probar su tarta de queso; luego conocer a Bruce e invitarle a Cañadío en Madrid para que saboree la tarta; posteriormente decidiremos los dos cuál es “la mejor tarta de queso que jamás hemos probado”.

Arbelaitz, Springsteen, Cañadío. Empezaremos por lo primero esta vez que a simple vista parece lo más sencillo.