Siguiendo la recomendación de @gourmetilla , visitamos Gresca en una noche barcelonesa de tecnología móvil. Dispone de tres menús en función del número de platos, sin servir de precedente, esta vez nos decantamos por el corto ( cinco platos por 38€ – precios sin IVA ; por favor).
Espacio estrecho y largo, con aproximadamente diez mesas, de tonos muy claros, y sin apenas ornamentos, destacando un cuadro con el nombre del propio restaurante. Su nombre es contrario al ambiente que se respira, nada de algarabía; solo tranquilidad y sosiego que ayuda a la conversación
Rafael Peña nos ha mostrado una cocina directa, sin excesivas florituras tanto en técnicas como en mezclas de productos, muy reconocible al paladar, y que viaja por la autopista directa hacia el sabor. Estéticamente elegante, y con los elementos agrupados en el plato representando una imagen integrada, que posteriormente se percibe gustativamente.
Comenzamos con un aperitivo consistente en una caballa marinada y coliflor. Fresca, de textura tersa, su potencia se controla con el sabor del eneldo y una crema con cierto nivel de acidez. Interesante y agradable.
Seguiríamos con otro pescado azul, en concreto unas sardinas con velo de panceta ibérica. Todavía se potencia más el toque untuoso de la sardina con el cerdo, aumento de melosidad, servido a la temperatura correcta para que resulte muy sencillo engullirlo. Idea simple aparentemente pero brillante, con una ejecución de alto nivel para conseguir un plato sencillo, fino y sabroso.
En ese camino de sabores reconocibles, agradables en platos estéticamente elegantes se nos presenta el soufflé de huevo con patata. Un clásico de la casa. Gusto y delicadeza para utilizar todo este ingrediente versátil, y mágico, que llega recién hecho. Cuando se rompe el soufflé tembloroso, se desarrolla la mezcla de esta pareja inquebrantable que son el huevo y la patata. De nuevo me llegan los mismos términos: elegancia, finura, aparente simpleza, y sabor.
A continuación según la carta, y los platos enumerados al presentarnos el menú un arroz con bacalao, cuando en verdad lleva más del pescado que del cereal. Un paso atrás en el camino, combinación demasiado salina, nos cuestionamos la aportación de los guisantes.
Para finalizar el pichón con jengibre, broccoli, y nabo. Toques dulces, amargos y ácidos en los secundarios (por ese orden). El nabo ligeramente creo que escabechado aporta cierta acidez y frescura. La pechuga del pichón en su punto, menos hecha que el muslo, el jengibre prolonga el sabor. Plato algo más complejo para el paladar, recorrido sápido.
Como colofón dulce a esta noche en Gresca, chocolate con helado de vainilla. Postre goloso, el chocolate en una especie de soufflé que junto con el helado aportan un agradable contraste de temperaturas. Se completa con una textura crujiente a través del trigo. Deseable, eficaz.
Seremos elementales, la cocina de Rafael Peña nos hace preguntarnos sobre la necesidad ó la búsqueda excesiva de la complicación, ó el artificio para alcanzar composiciones placenteras. ¿Se necesita siempre? No.
Restaurante Gresca: Elegante sencillez en Barcelona
Bellas presentaciones, magníficas fotos, guisantes en presencia testimonial. «Vente pa Albacete», que te voy a dar contenido para el blog.
Enhorabuena.
Por tu tierra, tengo una pendiente con Maralba, que de verdad tengo que ir; pero este año por ahora los fines de semana están muy complicados.
Buen disfrute!
Oye, ese tona tan lechoso, tan blanco fosfo del arroz… ¿qué se lo otorgaba?
Visualmente, me echa p’atrás
Aurelio, pues realmente lo desconozco, los granos de arroz no eran numerosos; como has podido leer fue un plato que no me convenció tanto por su sabor como porque mentalmente me esperaba otra cosa al haber leído previamente arroz con bacalao.
Tono, quería decir
Parece tener muy buena técnica y como comentas el titulo muy apropiado.
Según he leído, ha pasado por MB y el Bulli. Cocina de cierta técnica, pero sin alardear de técnicas, ó utilizarlas de forma innecesaria.
¿Estás enfermo? ¿Estás a dieta? Me has «preocupao» con eso de elegir el menú corto. Una foto del soufflé una vez abierto….. para ver el interior.
Algún día, con tiempo, con un buen GT y sin prisas, tenemos que hablar de esa reflexión última. No sé yo si nos estamos volviendo un tanto….. no encuentro la palabra adecuada. Un saludo.
Si esa foto del soufflé, me ha faltado amigo Gasti.
¿ Quieres decir un poco «tontos»…? te hago otra reflexión. Para hacer cocina de vanguardia, ó una cocina más compleja antes has tenido que pasar un largo recorrido por cocinas más entendibles, sencillas al paladar,.. Algunas veces se quiere hacer este camino muy rápido, y es cuando una propuesta moderna no llegue al comensal, no produzca ese placer inmediato.
Me resulta muy atractivo ese plato de sardinas con velo de panceta ibérica, además de una presentación bellísima.
te resulta y es atractivo…esa sencillez elegante