Siempre que voy a StreetXO, subo por las escaleras automáticas, y bajo en el ascensor. Dedicar más tiempo al ascenso, me permite imaginar que me encontraré, cuáles serán los nuevos platos, si tendré sitio en la barra, y qué música estará sonando a volumen brutal. Es la antesala del vicio, son las escaleras hacia un cielo imaginario, y no solo gastronómico, son unos instantes previos placenteros antes de un momento pleno de felicidad; estado que consigo por el mero hecho de probar, de testar composiciones que en un alto porcentaje de probabilidad desconozco.
La panda de David Muñoz capitaneados por Rafa ha ampliado la carta, ya son trece platos (entre 6 y 14 €) los que se pueden degustar en este puesto de comida callejera enclavado en un noveno piso bajo el auspicio de El Corte Inglés; paradojas, contradicciones comerciales.
Comenzamos con las navajas al humo de aceite de oliva y carbón, ponzu de shiso y crema de coco. Excelente producto que creemos que ha sido abierto en el horno, gran tamaño y punto. Le vemos cierta mejora aumentando ligeramente la temperatura del plato, y equilibrando las cantidades entre la gelatina de aceite ahumado, y la crema de coco; la cual reduce la temperatura del conjunto y provoca que no se perciba tanto ese toque ahumado deseado.
Seguimos con Albóndigas de vaca vieja, guiso indonesio de cacahuetes, ancas de rana adobadas y nata ácida de coco. Carne poco hecha, compensación y contraste entre la grasa del guiso y el ácido de la nata de coco. Contundencia bajo control, ancas que son vehículos para transportar la salsa del condumio. Finalmente se comen las hierbas que aparecen en la parte superior del plato, y que sirven para limpiar la boca de los sabores que permanecen.
Recomendación por parte del equipo, el pollo marinado con chiles dulces, ensalada andalusí de aceitunas, naranjas y especias morunas. El ave cocinada a baja temperatura, y acabada en el horno Josper. Resulta realmente sorprendente la textura que alcanza, trozos de anchura generosa, con un punto tremendamente tierno, casi meloso. El pollo que convirtieron en mantequilla. Nivel de armonía entre la potencia picante de la salsa, y la ensalada que actúa como refrescante. Un platazo.
Y finalizamos con el tataki a la brasa de pez mantequilla, barbacoa china, y ensalada de anisados y yuzu. Corte generoso, sabor ahumado, pieza realizada sobre horno giratorio, toques grasos aportados por el pescado que son nivelados con la ensalada que presenta sabores amargos (escarola), ácidos (pomelo), y anisados (eneldo). Conjunto natural, suave, con una intervención mínima pero muy acertada. Equilibrio palatal. Lienzos de papel de tirar, el contenido por encima del continente. Sobresaliente.
A veces, menos es más, con pocas palabras resumo lo que siento.
StreetXO: Mi escalera hacia el cielo
A ti si que hay que ponerte un GPS. Te mueves por los dos así que yo me ahorro los viajes. 🙂
Me encanta el pollo y desde luego que ese concretamente tenía que estar delicioso.
Veo que es un sitio donde disfrutas. Un saludo y hoy a unos cuantos kilómetros, se supone.
Un saludo.
Mucho, pero tu lo harías amigo. Estoy en la capital cántabra desde el domingo…..