Casi desde Agosto que no volvía por la que es sin duda una de las aperturas de 2013, el Triciclo , en la calle Santa María, en el barrio de las Letras. Aprovechando el cambio de carta, nos hemos acercado a este local austero en la decoración, y que día tras día está llenando en cada uno de sus servicios. Muy dinámico en su oferta con numerosas propuestas fuera de carta, lo que provoca que sabemos que se van a utilizar productos de temporada, y que la frecuencia de visita puede ser mayor porque siempre tendremos algo nuevo por probar.
Carta clasificada en tres opciones: Del mercado al Triciclo (producto), un paseo en Triciclo (platos de influencia nacional de mayor elaboración), y un viaje en Triciclo (bocados de carácter internacional).
Comenzamos por Gambas, shisho y mango ; gambas cubiertas ligeramente de pasta brick que se envuelven en una hoja de shisho en la que se ha depositado mango picado. La hoja proporciona cierto sabor mentolado, mientras que el mango un toque de acidez para conformar un plato internacional.
Seguimos por la Burrata Triciclo; acompañada de pesto, trozos de tomate y hojas de espinacas. Una demostración de producto y proveedores. Tremendamente fresca, mantecosa, dulce que se contrarresta con el resto de ingredientes. Muy recomendable.
Tengo cierto devoción por los Calcots a la brasa; rememoro tiempos pasados, y además me gusta cuando la cebolla comienza a coger cierto sabor dulce. Estos eran simplemente correctos, demasiado pequeños (estrechos) de tamaño.
Cena de grupo, y nos vamos a un plato que parece que se está convirtiendo en un “must” de todas las cartas de Madrid, nos referimos al steak tartar, en este caso en la carta se presenta con el enunciado “steak tartar con huevas y huevos”. Claramente se nota tanto a la vista como en boca que está cortado a cuchillo, trozos tirando a grandes, lo cual se agradece para realmente aumentar el sabor de la carne. Huevo de codorniz y huevas probablemente de lumpo, toque meloso pero sin que se perciba el sabor del huevo, y cierto crujiente un toque salino. De nivel, especialmente por la calidad y el corte de la carne.
A continuación, el plato probablemente más creativo de los probados hoy, el atún rojo ibérico laminando con pan y tomate. El túnido se presenta en un corte fino de sashimi, enrollado con tocino ibérico, lo cual le aporta un nivel importante de jugosidad. Se acompaña de tomate y muy picado. Un atún que quiere ser jamón y se acompaña de pan tumaca, ó viceversa. Juegos palatales e imaginación.
Javier Goya uno de los cocineros y propietarios de Triciclo, pasó tiempo con Nacho Manzano en Casa Marcial, una de sus influencias es el cocinar un pollo de corral, denominado en Asturias pitu caleya, aquí se ofrece un guiso de pollo de corral con carabineros y su picada. Les recomiendo que desmenucen el pollo, corten el carabinero en pequeños trozos, exploten las cabezas de los crustáceos para expulsar todo los jugos y sabores, y a partir de este punto mezclen. Montaña y mar, grano y plancton, carne y yodo. Una combinación de esas que enamoran, un guiso campestre que se adereza con una delicia del mar para alcanzar un nivel sobresaliente.
En los postres apostamos por el Chocolate, aceite, pan y naranja. Un postre sencillo con una mezcla de ingredientes que es caballo ganador. Amargor el del chocolate, y acidez en la naranja y el aceite. Aceite, chocolate y pan una combinación de la infancia que es una apuesta segura.
Para finalizar el arroz con leche, capa muy fina, con un caramelo milimétrico, conjunto no demasiado dulce, casi ligero. Otro plato aprendido en el pueblo de la Salgar con Nacho. Probablemente de los mejores de la capital; no se lo pierdan. Muy recomendable.
A destacar en el condumio la burrata, el steak tartar, ese guiso de pollo de corral y carabineros, y los dos postres. Se trata de una cocina cercana, directa, muy comprensible, donde se nota la experiencia de los cocineros en grandes casas, y el uso de un producto de calidad. Como es tendencia a día de hoy, posibilidad en mucho de los platos de solicitar medias raciones, y además en Triciclo, también tercios, lo cual aligera el ticket medio, ofrece la ocasión de probar más bocados, y mentalmente se presenta como un sitio donde se puede ir a “no comer mucho” (luego mi realidad suele ser otra).
Por otra parte, creo que el servicio puede mejorar. Los llenos son continuos, y llegan algo justo. No hay cambios de cubiertos, y solo de platos si se solicita. Desde mi punto de vista se puede apostar por una mayor informalidad, pero cuidado en no acercarse a la despreocupación. El lujo debe estar en el plato, pero pensando muy bien en cómo gestionar el resto para que la experiencia sea completa. En el 2003, Santi Santamaría imaginando sobre el restaurante del del futuro, escribía: «hay una cosa que no podrá cambiar si se desea compartir sensaciones: el trato, la personalización , la presencia del chef-propietario en el día a día, dirigiendo a un equipo, mimando a sus clientes»
Triciclo : Sigue pedaleando ….
Ya «avisaste» de que el año iba a empezar bien y veo que eres hombre de palabra. Esa salsa que acompaña a los calçots…….. ¿es la romesco? Por el color me parece diferente.
Desde luego que ese plato de pollo sí que tiene que estar para untar pan e imagino que sabor a tope.
El trato puede mejorar o destrozar una comida, sin duda. Lo humano es fundamental.
Si que es romesco,…; mi observación no llega tanto a lo humando, se trata solo de unas cuestiones mínimas en el servicio
Jo, qué buen aspecto tiene todo en general.
La burrata, si es buena, es un manjar de los dioses…
Abrazos
Aurelio
A cual plato mejor que otro, tienen todos una pinta…
Excelente discípulo pues.