El Pract&Co de Victor Enrich. Sabor, sencillez, practicidad.


Ya Jueves; sin saber las razones notó cierto cansancio semanal, y necesito cierta relajación. Para mí, la mejor es salir a cenar en compañía. Se generan dos opciones, las dos aprobadas por mi acompañante. Primera opción todo lleno, segunda opción solo dentro, no hay sitio en la terraza. Las ganas de cenar vencen la batalla a la terraza; vamos para allá.

Nos decidimos por El Pract&Co de Victor Enrich. Anteriormente Victor  ha tenido otros negocios de restauración como Enrich, ó L’atellier de Enrich. Hace unos meses, ha abierto el Taller de la Hamburguesa y ahora en el mismo local donde estaba situado L’atellier se encuentra Pract&Co.

Decoración que busca una estancia agradable, madera, cuerdas de barco, tonos blancos y cálidos, moqueta gris. Expresa sencillez, y al mismo tiempo un calculado bienestar.

Servicio joven, con indumentaria moderna. Americana con coderas, zapatillas Converse. Además amabilidad a raudales, estando siempre pendiente de las necesidades de la mesa.

Comenzamos con una ensalada de pimientos con ventresca. Pimientos asados en casa, ligeramente confitados con toques dulces y una buena ventresca. Destacaba mucho más tanto en el sabor como en la calidad del mismo los pimientos que estaban realmente espectaculares.

Seguimos con unos “escargots” a la madrileña servidos en plato que permite la cocción. Ración de 1 docena cocinados con una salsa que al menos llevaba jamón, tomate, pimiento, cebolla, y algún tipo de fondo. Producto principal de calidad, el caracol por sí solo tenía sabor. Soy un auténtico fanático de los caracoles, y con ellos me ocurre como a muchos de nosotros con las croquetas. Tenemos en un pedestal las croquetas de nuestras madres, en mi caso a este podio se unen los caracoles.

Como platos principales comenzamos con un steak tartar. Se pregunta primero cómo se quiere, se trae a probar; y posteriormente se sirve. Punto picante cómo se había solicitado, y nos encanta que ese punto picante aparezca al final del bocado lo que evita el camuflar los sabores principales de la carne y el resto de ingredientes. Un steak tartar a tener en cuenta, con la carne picada a cuchillo, se trata de un plato redondo.

Si hay que poner un pequeño pero en que no acompañan el plato con pan por defecto. Se solicita y se tuesta pan de molde. Desde mi punto de vista, se debe acompañar el steak con pan tostado de calidad (no de molde); independientemente que con el resto de platos, los acompañantes vayan aparte. El pan de molde se cobró. Personalmente prefiero que me cobren 1€ más por el plato, y lo acompañen de un plan acorde al mismo.

Además del steak, probamos un pollito de bresse que se sirve perfectamente asado. Carne muy jugosa, con  mucho sabor a pollo. Parece una obviedad, pero cada vez menos los pollos saben a lo que deberían; por lo que es una delicia encontrar este producto tratado de forma sencilla pero magistral. Lo acompañamos de unos tirabeques con cebolla que aportaban toques vegetales; acompañando muy bien a la carne.

 

Una propuesta basada en un buen producto, en tratamientos sencillos pero muy cuidados. Platos muy reconocibles, sin riesgos, pero con la grata sensación que se utiliza un producto de calidad y que todo es sabroso e identificable. Precios comedidos en la comida, algo más altos en las bebidas.

Buen ambiente, servicio amable y altamente educado. Dan ganas de volver, y asì lo haremos para probar sus arroces, y fideuas, concretamente una de ceps y butifarra que suena muy bien.

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