Mientras la España costera trata de hacer el “agosto” en agosto, en Madrid agosto no es agosto. Algunos negocios de reciente apertura aprovechan por una parte hacer rodaje, y por otra ganar clientela. Entre ellos, dos novedades con propuestas y puestas en escena diferentes, Triciclo y Eguinoa.
Comenzamos con Triciclo, situado en la barrio de Huertas (calle Santa María), negocio puesto en marcha por tres cocineros, entre ellos Javier Goya (jefe de cocina de Nacho Manzano en Casa Marcial, y de Paco Morales en su época de Senzone). Planteamiento de barra y restaurante, con carta que se amplifica con productos bien de temporada, ó ingredientes que simplemente se hayan traído de los mercados.
Informalidad en el trato, explicaciones detalladas, cocineros sirviendo, (influencia StreetXO). Carta que llega a tener l la opción de elegir un tercio de ración, casi como tapas, lo cual posibilita que en una cena de dos cada uno tenga la posibilidad de crease casi su propio menú.
Comenzamos con Mojete manchego (como nos enseñó Manolo de la Osa): tomate, pimiento, atún escabechado, queso manchego y cebolla (1/2 ración). Fresco, equilibrado, sencillo y agradable. Para abrir boca.
Seguimos con un tataki de bonito con ensalada de judías verdes, además un picado de almendras fritas, limón, y chiles (1/3 ración). Sensaciones crujientes, contraste de sabores, finura en las texturas de los secundarios. Brillante.
Los canelones de nuestro Ferrán (olvidé preguntar a que Ferrán se referían). De pollo y setas (1/3 ración). Sabrosos, sin ser demasiado contundentes. Apetecibles, para todos los paladares.
Como plato medianamente principal, unos calamares con presa ibérica, crujiente de arroz y cebolla (1/2 ración). Algo pasado de toque ácido, cuando se realiza la mezcla de todos los ingredientes. Mucho mejor el mar-montaña entre el cefálopodo y el guarro como pareja de dos, pero claramente en cantidad esta pareja estaba algo desproporcionada. Rico, y mejorable cuidando las proporciones.
Todavía nos queda algo de hueco, así que pasamos, a la terrina de foie hecha en casa (1/3 ración), acompañada de cerezas e higos. Clasicismo eterno, casero y bien ejecutado.
Como colofón dulce, la torrija. Esponjosa, sin ser demasiado contundente, Acertado final. Nos quedamos con ganas de probar el arroz con leche donde recrean la receta de Nacho Manzano.
Triciclo nos transmite atrevimiento emprendedor de una serie de cocineros con muchas ganas de agradar, intentando cuidar al cliente, trasmitiendo la elaboración y los ingredientes de cada uno de los platos.
Con un continente agradable pero sin ninguna floritura decorativa, encajando en la zona en la que se encuentra, el foco está en el contenido, en el plato.
Dos días más tarde, la visita sería a Eguinoa situado en la calle Zurbarán. Local con dos plantas, en la de abajo localizado el restaurante, mientas que en la superior mesas altas con taburetes y zonas para grupos de seis-ocho comensales enfocado para dar cuenta de una carta de pinchos y raciones. Pretensiones en la decoración, y la puesta en escena del servicio, los trajes sustituyen a los delantales de Triciclo. ¿Diferentes tipos de público objetivo? En alto porcentaje sí.
Pregunto si se pueden solicitar medias raciones, ya que no vienen en carta, y todo fue amabilidad. Comenzamos con unas sardinas marinadas con gelatina de cerveza negra, aceitunas y patatas chips. Tremendamente limpias y tersas, la gelatina le aporta bastante frescura y cierto amargor. Combinación muy recomendable para repetir. Rendimiento máximo para un pescado altamente común.
Seguimos con un arroz con rabo de toro, ¿por qué le llaman toro cuando deberían decir vaca? Sabroso, aldente, potente. Sencillez para todos los públicos.
Acabamos con un mojito en texturas, con sorbete de “cubata”, espuma de soda, …Postre que desde nuestra perspectiva necesita una revisión, por ese sorbete de cubata, donde la presencia del refresco de cola sobra, y por la poca presencia tanto de la menta como de la lima. Carece de ese combinación dulce y ácida que caracteriza al cocktail cubano.
La proposición de Eguinoa resulta amás pretenciosa, con una carta de vinos en el restaurante de unas cien referencias, un ambiente de mayor formalidad. Puede convertirse en un sitio donde dejarse ver. Por los platos probados, y el resto del continente puede ser una referencia a seguir.
Restaurantes Triciclo y Eguinoa: Dos novedades veraniegas
Ya me comentó Jerónimo que Madrid está muy «raro» en agosto.
Pero tú, como siempre encuentras los sitios apropiados para darte tus festines.
Los ojos como platos se me han puesto con ese tataki de bonito, qué pinta tiene.
La torrija no se queda atrás. Y no te animaste a pedir un poco de arroz con leche aunque fuese para probarlo?
Yo no puedo con la menta en forma de hierba, es algo que por poco que lleve me hace percatarme al momento y es un sabor que no me gusta nada.
Pues bueno, evidentemente sin comer no te quedarás, no. Un saludo.
Jon, Madrid siempre tiene novedades sea el mes que sea..te puedo asegurar que no hay tiempo material para estar al cabo de todo, aunque se intente
Anda que este Jero… Madrid en Agosto es una delicia!!!
¿La parte líquida?
Vinos por copas en Eguinoa, y creo que cervezas en Triciclo; nada que resaltar. En Eguinoa en la parte del Restaurante, el maitre es Lai Rueda que antes estaba en Nikkei 225, tiene una carta de vinos bastante amplia con especial referencia a los champagnes
Joé, o la foto engaña, o el arroz tiene unos granos como almendras o se trata de alubias….
Aurelio, la foto es cercana, pero tus gafas también amplifican….:-)