Restaurante Anna : Honestidad y elegancia culinarias


Parece que Santander poco a poco va teniendo más propuestas restauranteras de perfil gastronómico. La última es Anna (no confundir con Annua *, el cual está en San Vicente de la Barquera). Se trata del desembarco en Santander de Gustavo Pérez y Menchu Cabrera, trasladándose desde el pueblo de Quijas donde los últimos años habían gestionado la Nueva Torruca. Un paso de importancia que trata de hacer llegar su cocina a un mayor público, en una plaza medianamente compleja.

Anna se suma a direcciones fiables como La Cigaleña, El Serbal, Cañadío para comenzar a hacer de Santander una ciudad de visita gastronómica.

El local situado en la calle Menéndez Pelayo consta de dos pisos, en el primero de ellos un comedor pequeño al fondo, y una barra en la cual se pueden degustar una serie de raciones. Arriba se encuentra el comedor principal con capacidad para unos treinta comensales. Mesas bien iluminadas, lo cual es de agradecer. Normalmente soy de los que va a un restaurante a cenar, no a tener momentos de alta intimidad.

La cocina de Gustavo Pérez se basa en los productos de temporada, en una buena materia prima teniendo como especialidades tanto la caza como los arroces, además de escabeches y marinados. Cocina elegante, ligera, equilibrada buscando los puntos perfectos de cada uno de los productos.

Nos dejamos llevar y dado que hay total confianza, que sean ellos quienes decidan. Comenzamos por unos espárragos con perrechicos. Se acompaña la verdura de una espuma de agua de su propia cocción que potencia su sabor de forma etérea. Tremendamente natural, con punto ligeramente aldente. Estético y sabroso.

Esparragos_anna

Una plasmación de esa finura comentada son las gambas al ajillo a nuestra manera. Gamba blanca de buen tamaño con ajo negro, flor de ajo, piparras y tallos de ajetes. El crustáceo  únicamente se atempera en un fondo de sus propias cabezas, manteniendo su sabor original. Distinción para afrontar una tapa tan típicamente española. Potencial mejora con un punto más de temperatura en ese caldo.

gambas_anna

Seguiríamos por un marinado de rodaballo y vieira con pepino. Agradable cuando en el bocado no encontraba la verdura, en caso contrario ésta tenía demasiada presencia. También se notaba la existencia de pequeños puntos de mayonesa de wasabi con sensaciones picantes gratas.

Marinado_anna

Conjunción de producto y tacto en los pulpitos con langostinos y puré de patata. Las patitas del cefalópodo perfectas con una textura crujiente, manteniendo todo su gusto. El langostino compactado como una especie de fiambre y el puré como una especie de hilo conductor. Un plato que destaca por la calidad de esos pulpitos y el tratamiento exacto. De vicio.

Pulpitos_anna

Sorprendente la presentación del arroz con salmonete. Acabado en la plancha para disponer ese socarrat que se conforma en un cilindro unforme. Perfecto técnicamente.  Gustoso, atractivo. Un asombro encontrarse un arroz así por estos lares cantábricos. Para volver a por más sin duda.

ArrozSalmonete_socarrat_Anna

Acabamos con la carrillera con verduras. Guisada y escabechada al mismo tiempo. Zanahoria, coliflor, espárragos, casi todos con una textura crujiente. La carne melosa, en su punto y con el escabeche bien infiltrado. Un plato que conjuga las cocciones lentas y los escabechados que Gustavo controla. De nota.

Carrillera_anna

De postre, un tocinillo de cielo de fruta de la pasión con helado de mango. Acidez y un punto mínimo de dulzor. En boca resulta ligero, suave, reconfortante.

Tocinillo_anna

Pedimos un último extra, un sutil arroz con leche que se finaliza con una espuma de limón. Nada pesado. Menos denso que lo grandes arroces con leche asturianos. Posiblemente mejoraría con más reducción.

Arrozconleche_anna

Cocina y propuesta honesta, transparente. Línea amplia que puede encajar con diferentes perfiles de clientes. Se mueve por caminos de sabores reconocibles con un alto nivel de delicadeza en el gusto. Esta pareja gestiona las pretensiones necesarias para realizar una culinaria personal sin excentricidades.

Por otra parte, el ritmo del servicio resultó perfecto, sin esperas entre plato y plato, con cambios continuos de vajilla y recabando información en cocina cuando era necesario.

Impulso a la oferta vinícola con unos 85 referencias, incluyendo una buena muestra de vinos franceses. La cena se acompañó con un Alvarinho Dourado Natural de 2011 recomendando por Menchu que aportó frescura y cuerpo a la vez. Además nos apreció un vino bastante único y personal.

Obsesión y empeño para mejorar cada día. Sin excesiva prisa, pero aplicando mejoras de forma continua para que la experiencia sea lo más satisfactoria posible.

Restaurante Anna : Honestidad y elegancia culinarias.

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10 Comments

  1. Toni Grimalt
    6 mayo, 2015
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    Seguía de cerca todo lo que publicabais el «frente cántabro» referente a la Torruca. Siempre resultaba atrayente y apetecible. Trasladarse a la capital, a priori, es un punto a favor y lo hace más accesible para los viajeros. Espero conocerlo en alguna ocasión. Todo parece estar muy bien cocinado y muy bien contado. Enhorabuena!

    • 6 mayo, 2015
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      Lo hace más accesible para todos. Por ejemplo en mi caso, nunca había ido a cenar. Santander aunque sea poco a poco está creciendo gastronómicamente y cada vez hay más propuestas de calidad en el perfil que nos gusta

  2. 6 mayo, 2015
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    Les visitamos el pasado verano en Quijas por indicación de los amigos cántabros y mereció la pena el desplazamiento. Tenerlos más a mano es una ventaja añadida para los lugareños y los nativos expatriados a la capitalidad nacional 😉 por lo que te toca enhorabuena. ¡Qué bien defines la cocina restaurantero!

    • 6 mayo, 2015
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      Gracias Ana. Si para los de Santander, ó los que vamos a Santander de forma frecuente, pues mejor que mejor. Me lees con buen ánimo para darme esos calificativos.

  3. 6 mayo, 2015
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    Probé el pasado verano la cocina de Gustavo y me gustó: pura delicadeza y armonía. Ese arroz se parece muy mucho al arroz plancha de Raúl Aleixandre…

    Si además aumentan las referencias vinícolas de la mano de Andrés Conde, la oferta puede convertirse en uno de los imprescindibles de Santander.

    En Santander tendrán más «público objetivo» y necesariamente ha de funcionarles mejor el negocio. Les deseo todo lo mejor a Gustavo y a Menchu.

    • 6 mayo, 2015
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      Y nosotros José, totalmente de acuerdo con tu comentario José. Gracias por participar.

  4. Jon Ander
    6 mayo, 2015
    Responder

    Una estupenda noticia. Al menos ahora tengo que pensármelo menos para hacerles una visita. Todo se andará. Siempre he pensado que son, por encima de todo, dos personas muy sencillas y agradables. Buen menú, yo también soy amigo del arroz con leche un tanto más «gordito».

    • 6 mayo, 2015
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      Si buena noticia, también para los del Botxo que apenas estáis a una hora. Tambien de acuerdo en que ganan a la gente como personas

  5. Aurelio G-M.
    6 mayo, 2015
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    Atractivo, atractivo este restaurante.

    Oye, me cuesta ver esos espárragos con perrechicos… Los espárragos estaban tibios?

    Ese arroz tiene influencias claramente «aleixandrescas». Raúl Aleixandre fue el inventor del arroz plancha y de hecho sigue siendo uno de sus estandartes en Vinícolas.

    • 7 mayo, 2015
      Responder

      Si los espárragos estaban templados. Los perrechicos crudos y laminados. Fundamentalmente es un plato de espárragos y esa seta le da un toque de tierra. Está equilibrado. LAs influencias del arroz están claras, como sabes lo hemos probado en Vinícolas. Te puedo asegurar que el probado en Anna está a gran nivel.

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