La Sopa Boba: Inquietud y romanticismo


Hay que estar poco cuerdo, y ser muy romántico para tener un restaurante como La Sopa Boba en Alpedrete. Lo mejor es dejarse llevar, abrir la mente y que Fernando Limón vaya sacando los platos que hierven en esa cabeza “loca”. Predispónganse en un estado de mente abierta, y creemos que poco a poco les podrán ir conquistando.

Cocina con pocas referencias, de mezclas arriesgadas y un tanto lunáticas pero que en general funcionan y van produciendo bienestar. Frecuente presencia de ingredientes asiáticos. Carta inabarcable, tremendamente extensa, por lo que rápidamente se decide que decida él por nosotros.  Durante una comida, me produce cierto placer ponerme en manos de la cocina. A partir de ese instante, entre plato y plato flota en el ambiente esa incertidumbre que aporta tensión, una especie de cosquilleo estomacal basado en ¿qué será lo siguiente?, ¿qué palo tocarán ahora?.

Cocinero hecho a sí mismo. Fantástico, soñador, fiel a esos principios de creatividad. “Crear, no copiar” . En la Sopa Boba se alumbran algunos platos, que será complejo que hayas encontrado anteriormente.

Comenzamos con un carpaccio de atún rojo macerado en caldo de jamón de jabugo con espárrago de mar, naranja, y la “grasa” del propio jamón. Reflexión, conocimiento y juego para un resultado que alberga sabor de pata negra con notas yodadas y ácidas, y una textura untuosa.

Atunrojo_LasopaBoba

El salmón salvaje de Alaska se presenta en una cafetera. Marinado previamente en soja, yuzu, sake y jengibre y ahumado en cafetera con notas de café (se moja café en serrín para luego proceder a provocar el humo). Se acompaña de soja con shiso. Plato con una fuerte percepción inicial olfativa que poco a poco va desapareciendo para ir degustando el salmón. Fresco y elegante.

Salmon_laSopaBoba

Se sigue con la anguila teriyaki con foie, kimchee de callos de cordero, y semillas de tomate con salsa shirasa. Sobre ella amago arare (perlas de arroz) que aporta crujiente. Combinación donde los elementos preliminarmente no integrados encajan teniendo la anguila como eje, y combinándola con el  hígado para acrecentar ese punto casi cremoso. Proseguir con el kimchee de callos  añadiendo toques amargos, y se finaliza con el tomate que aporta frescor y ciertas notas picantes. Un recorrido de percepciones a través de un solo plato.

Anguila_lasopaBoba

A continuación escolar con  tomates, lechuga de mar y alga codium. A este pez se le denomina erróneamente pez mantequilla. Se cocina en piedras volcánicas sobre unos instantes alcanzando temperaturas de más de 400º C, de esta forma se consigue un punto muy acertado, ligeramente crudo, sin notarlo excesivamente en su textura, que resulta muy agradable. Se acompaña de lechuga de mar, y alga codium para aportar cierto toques yodados. A nuestro modo este pescado es algo plano en el paladar,y con cierto exceso de notas grasas.

Escolar2_rocas_sopaboba

 

Escolar_lasopaboba

Finalizaríamos con un ravioli de careta de cerdo con cococha de bacalao sobre un fondo de jamón con azafrán. Por una parte melosidad y cierta mezcla de texturas, por otra desde un punto de vista sápido, es el caldo el que lleva la voz cantante provocando un pequeño desequilibrio, reduciendo el protagonismo de las “cocochas”.

RavioliCareta+cocochabacalao_laSopaBoba

En el apartado dulce; Fernando apuesta por una línea divertida y kitsch en sus presentaciones, que encaja en el planteamiento general de sello único, de composiciones dulces donde la estética es una influencia a la hora de crear. En general, por debajo de la cocina salada, pero con connotaciones irreverentes y divertidas que no dejan tampoco indiferente.

Comenzamos con unos bombones rellenos de yuzu que se acompañan de cacao negro e ito touragasi. Dulces, amargos, y más tenuemente ácidos, y picantes. Mejor en sabor que en textura, donde no convence la de la fruta.

BombonesYuzu_laSopaBoba

Posteriormente la maceta de chocolate con hierbas aromáticas y zumo de maracuyá. Se presenta una maceta y una regadera. Degustamos de forma independiente la maceta percibiendo las diferentes capas del chocolate y un elevado punto de dulce. Al realizar la mezcla, se consigue una textura de mayor cremosidad y además se combinan dulce y ácido formando una pareja que baila, y se acaricia, aunque sean ying y yang, norte y sur, los polos contrarios se atraen. Placentero.

Como reflejo de ese gusto por lo “kitsch”, del intento de Fernando Limón de que el comensal esboce una sonrisa antes de degustar, el perrito caliente. Pan, frambuesa, y mango, de nuevo mezcla de sabores y en este caso también de temperaturas. Cachondo sin más.

Perritoframbuesa_lasopaBoba

Cocina con pocas referencias y sin ninguna frontera, la cabeza de Fernando es un hervidero de ideas y locuras que se van plasmando con mayor ó menor acierto en platos y postres. Fiel al corazón, no ha cambiado su estilo en los últimos años, resultando una propuesta valiente y única en la Sierra Noroeste de Madrid. Merece la pena, acercarse a Alpedrete, y dejarse llevar sin ningún tipo de barreras. La inquietud de Fernando tiene recompensa en nuestro paladar.

La Sopa Boba: Inquietud y romanticismo.

Previous Puntapié : A lo James Bond
Next El Bohío: Sabor, estética y raíces.

20 Comments

  1. 1 octubre, 2014
    Responder

    interesante restaurante . Habrá que ir a probarlo

    • 1 octubre, 2014
      Responder

      Juan si que resulta interesante por su singularidad, como escribo Fernando realiza mezclas muy poco convencionales que no sencillas de encontrar en otros restaurantes. Al menos merece una visita para probar si encaja con el paldar de cada uno.

      Por cierto, gran texto el del arroz, como siempre lleno de sensibilidad, y dándonos a conocer las mejores tiendas de Madrid http://www.bonviveur.es/20000-leguas-de-viaje-ultramarino/arroz-salvaje

  2. Fernando Gil
    1 octubre, 2014
    Responder

    Interesantísimo, parece ser un restaurante «de culto». No es corriente en locales de este tipo una carta extensa, verdad??

    • 1 octubre, 2014
      Responder

      No está del todo mal esa apelación como restaurante de culto; aunque suena un poco exclusivo y no lo es. No suele ser habitual cartas tan extensas en este tipo de cocina, por eso la recomendación de ponerse en manos de Fernando

  3. Toni Grimalt
    1 octubre, 2014
    Responder

    Muy sugerente lo leído. Mezclas interesantes pero también técnicas poco convencionales como ese ahumado con café o la cocción con las piedras volcánicas. Como comentaba en Verema el lugar al que el crack vuelve, es un buen lugar. Estoy seguro!

    Abrazos

    • 1 octubre, 2014
      Responder

      Gracias por lo de crack, TOni. Es un sitio al que se puede ir de vez en cuando. Muchísima inquietud por parte de Fernando. Merece la pena

  4. 1 octubre, 2014
    Responder

    Combinando los extremos, mucho mar y montaña, de la luna a marte… y todo junto. Me gustan las sorpresas, seguro que un día acepto «el reto» de este cocinero «loco»
    Antes de publicar tu valoración ya sabía yo de esta comida tuya, porque me lo contó un tocayo del cocinero, que compartió mesa contigo…

    • 1 octubre, 2014
      Responder

      Ja, ja Ana, ya veo que lo sabes todo. Le estoy metiendo el vicio a ese amigo tuyo del COU (de eso hace ya unos años eh…); esta semana estuvo con él en Saiti. Si que como he dicho antes, merece la pena adentrarse en la cocina de este cocinero «lunático»….

  5. 1 octubre, 2014
    Responder

    Extraño que una cocina tan transgresora tenga una carta tan extensa como mencionas.

    Y en cuanto a la bodega, ¿También es tan especial?

    • 1 octubre, 2014
      Responder

      Pues fíjate que fuimos con cervezas (había que volver a trabajar); ni ví la carta

  6. Jon Ander
    1 octubre, 2014
    Responder

    Gracias a «valientes» como este podemos encontrarnos platos únicos.
    Es de agradecer que haya gente con estas ganas de no seguir las normas y aventurarse en sus propias creaciones.
    Como bien dices, creo que solo por esto se merece una visita.
    Genial la idea del perrito. Un saludo.

    • 2 octubre, 2014
      Responder

      Muy de acuerdo contigo Jon, creo que a esta clase de tipos hay que apoyarlos disfrutando de su cocina.

  7. oscar 4435
    2 octubre, 2014
    Responder

    La verdad es que despierta mucho interés , ademas de por las viandas , por como utiliza la vajilla , lo de Madrid últimamente es la bomba , como siempre un placer informarse con usted.

    • 2 octubre, 2014
      Responder

      Oscar, Madrid desborda es cuasi-imposible para un no profesional como el que escribe estar al tanto de todo lo que acontece. Lo bueno que siempre habrá una opción de calidad con un estilo marcado y podremos elegir según nuestra apetencia, nuestro estado de ánimo….

  8. Javi
    2 octubre, 2014
    Responder

    Isaac, enhorabuena por el disfrute. Nosotros lo hemos visitado 3-4 y hemos salido encantados, de esos lugares que dan para largos análisis. Lo has plasmado genial y los platos son muy D.O. Fernando Limón. El único plato que no entiendo y es el del ravioli, así a bote pronto a la careta de cerdo con la cococha de bacalao no le veo armonía alguna. El resto llamativos y sorprendentes.

    Recibe un cordial salud

    Javi

    • 2 octubre, 2014
      Responder

      Gracias Javier por comentar por primera vez. Puede ser un juego de texturas, la cococha no es un producto con demasiado sabor, sino que se impregna del sabor de la salsa que la acompaña; por eso un poco el desequilibrio con esa cantidad de fondo de jamón. Se puede decir que fu el plato más confuso. Anímate a seguir comentando. Un saludo Isaac

  9. Aurelio G-M.
    4 octubre, 2014
    Responder

    Joé, debe ser un tipo realmente imaginativo, una mente brillante.
    Esa presentación del salmón es una delicia.
    Una duda, Isaac, ¿la cafetera sirve solo de «vajilla» o se termina de algún modo el plato en ella?

    • 5 octubre, 2014
      Responder

      La salsa venía en la parte de arriba de la cafetera y su papel seguro que tenía pero no te puedo decir. Probablemente puede ser una forma de mantener el ahumado.

  10. Ygn
    10 agosto, 2015
    Responder

    Hola Isaac, me apetecía contarte que, gracias a tus comentarios, (los cuales estamos siguiendo muy de cerca), nos animamos a probar el restaurante de Fernando Limón, y tras haber recorrido muchos de los restaurantes de los que tu hablas, tengo que darte las gracias por el descubrimiento, porque fue una cena de 10.
    Pedimos el foie de atún, la anguila, las carrilleras de atún y el cordero, no puedo sacar ni una sola pega a ningún plato, sencillamente sensacional!!
    Las gelatinas las borda!! sorprenden mucho. El trato inmejorable.
    Y el vino…, nos dejamos recomendar por Fernando, y como no, acertó!
    Ya tenemos fecha para repetir!!, y probar otros platos, que ya te contaremos.

    • Administrador
      10 agosto, 2015
      Responder

      Gracias, de verdad que resulta gratificante leer comentarios como el vuestro que reflejan la utilidad de este blog. Fernando realiza una cocina inquieta, muy personal y siempre sorprende con su carta extensa. Un lugar que se visita unas tres veces al año. Gracias de nuevo.

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.