David Muñoz : Trabajo, talento, imaginación e inconformismo son desde nuestro punto de vista las claves de su éxito. El madrileño ha llegado al olimpo gastronómico desde la fantasía. Ha enterrado la expresión: “No es posible”. En la calle Pensamiento, los servicios se hacen desde el filo del precipicio, se “conforman” los lienzos entre la cocina y la sala. Tesón, y testiculina para afrontar la falta de medios, y seguir avanzando.

Imagen dura, look de enfant terrible, provocador, agitador de la escena culinaria española desde cierta lejanía a la corporatividad existente. Su rabia contenida se plasma en su  cocina donde no hay normas. Una cocina directa, sin red,  se la juega en cada lienzo como un equilibrista sin arnés. Energía desbordante que utiliza para una progresión continúa.

No le debe nada a nadie, se nota, pasa de las deudas ni las tiene ni creo que las tendrá. Creador de su propio mundo gastronómico que surge casi de la nada, sin memoria gustativa. Se mira al futuro, no al pasado. Su cocina condensa otras muchas, ofreciendo una experiencia única, DIVERSA, atrayente y cercana (si te dejas). Se rompen ciertos dogmas, se recorren caminos no explorados, se quiebran las estructuras de los platos.

Y además éstos han desaparecido,  ahora solo existen los lienzos, herramienta que abre un sinfín de posibilidades, que permite expresar y configurar recorridos. ¿Es el fin del plato? Cada maestro puede elegir. David aporta.

Bajo mi entender en su cocina los ingredientes no son los actores principales, son solo herramientas para plasmar  los sabores que David Muñoz tiene en su mente hiperactiva. El objetivo son las sensaciones, la desnudez del producto no está de moda en su universo. Los secundarios hacen de principales, y viceversa, a veces los condimentos aplastan, ¿Por qué no?. Se crea a partir del recorrido palatal que DM quiere plasmar.

No siempre estoy de acuerdo con su discurso, no hay porque estarlo, ni me importa,  lo que me interesa es sentir gozo cuando me siento en su mesa. Como comensal cuando se abre el telón, se ansía desde la incertidumbre, desde el desconocimiento a qué será lo siguiente. No sabes qué va a suceder, pero estás seguro que ALGO va a ocurrir. Provoca que el cliente baje la guardia desde el ritmo y la intensidad, nos rendimos ante la exaltación.

Su energía e infinita capacidad de trabajo nos augura grandes momentos como disfrutadores gastronómicos que somos. Los londinenses están de enhorabuena, pero Diverxo “stays in Madrid, londoners” .  El potencial cambio de ubicación aumentará los recursos “diverxianos” y David seguro que los explotará para darnos más placer. Su  mente seguro que ya bulle. Ahora los cerdos ya llevan alas negras pero los lienzos cada vez tienen más color, dejemos lo superfluo a un lado.

En 1992 una banda de rock rompía el status quo del rock americano con su álbum homónimo Rage Against the Machine , la rabia contra la máquina, donde ésta es el sistema. Zack de la Rocha bramaba consignas de aire político, mientras el licenciado en Harvard Tom Morello sacaba sonidos de su guitarra como nadie lo había hecho anteriormente. Quince años más tarde, David Muñoz abría Diverxo y solo en seis más se incorporaba a la lista de los más grandes, fracturando también muchos moldes.

David Muñoz : La rabia en la cocina