Nueva Torruca de Quijas – ¡Qué arroces tan «bonitos»!


Se tenían muchas ganas de volver a la Nueva Torruca de Quijas,  y degustar las creaciones de Gustavo Pérez. Sábado soleado en Cantabria, finales de Setiembre y cerca de 26ºC. Independientemente de lo que hayan dicho los meteorólogos este verano en la tierruca ha sido muy bueno, especialmente los meses de Agosto y Setiembre.

Reunión familiar con niños, tiempo muy agradable, por lo que el mediodía resultaba ideal para comer en el patio del que disponen; abierto, con suelo de piedra. Se respiraba tranquilidad y paz.

Como aperitivo una brandada de bacalao, con tomate muy picado, y un toque de cebollino. Suavidad.

Antes de los arroces, nos recomiendan un bonito escabechado en el momento con cebolla, crema de ajo sobre una base (rodaja) de tomate natural.  Plato recién elaborado, el bonito apenas marcado por sus lados, y manteniendo esos tonos rosáceos en su interior. Conjunto sabroso, jugoso por la bien pochada y abundante cebolla. Producto con un tratamiento liviano para mantener su sabor original. Resultado excelente. Como dice el amigo y lector Juan Teja “que difícil, es hacer a veces lo fácil”.

A continuación pulpo asado con trigueros y patatas. Adecuado trío, mar y tierra, con el cefalópodo en un buen punto de plancha. Es un entrante menos sutil que el anterior, resultando complicado alcanzar su nivel.

Anteriormente no habíamos probado los arroces de Gustavo Pérez, y nos habían informado algunos cómplices gastronómicos que son una de sus especialidades. Comenzamos con un arroz marinero seco. Resulta agradable, con los ingredientes (calamar, mejillón, gamba) muy picados para facilitar la ingesta. El arroz bien suelto gracias al tiempo correcto de cocción y esa capa fina de grano en la paellera. De sabor tirando a suave, delicado, para todos los paladares.

Aprovechando el número de comensales también nos atrevemos con un arroz negro; mantiene mucha de las cualidades del anterior. Creemos que es un poco más sápido gracias a la propia tinta del calamar, lo cual personalmente me agrada. Los dos magníficamente presentados y servidos vía una mesa auxiliar. Como aspecto potencial y personal de mejora, aumentaría la potencia del fumé, puede provocar que se convierta en un plato un poco más pesado, pero creo que ganaría en sabor. Por ello no dejan de ser arroces altamente recomendables y más en Cantabria donde no se puede decir que se tenga una gran costumbre en los arroces, y sobre todo en los de corte seco.

La carta de postres es de lectura atractiva, muy identificadora con Cantabria, ya que incluye, quesada, torrija de sobao, tarta de queso. Esta vez se han degustado dos, una tarta de queso con mermelada de fresa y un capuccino con bizcocho.

La primera aunque horneada tiene una experiencia en boca fresca. El queso llevado a un punto de requesón fresco se acompaña con fresas, mermelada de fresas totalmente casera y hojas de menta.  Aunque sea un postre común en muchas de las cartas, y además haya sido vilmente industrializada, la tarta de queso de la Nueva Torruca tiene un enfoque muy particular tanto por ese frescor comentado como por su menor peso porcentual del huevo, lo cual provoca que sea más liviana. Intentándolo resumir es menos tarta y más requesón casero.

Como segundo acto dulce compartimos, degustamos un cappuccino con bizcocho. Café, chocolate, bizcocho. Presentación original en taza alta de desayuno, con presencia de nitrógeno (espuma) para poder ser devorado y no bebido. Agradable, elegante.

Servicio muy atento con varios detalles a tener en cuenta. Emplatado de los entrantes por separado para cada uno de los comensales, perfectamente atento a rellenar tanto el vino como el agua, simpático con los niños. Esmerado, elegante, con presencia.

Gran momento, nos ha acompañado el tiempo y el entorno. Se ha disfrutado mucho del bonito escabechado, un plato para  recordar. La cocina de Gustavo resulta elegante, huye de los fuegos de artificio, y es liviana con el tratamiento del producto, intentando mantener los sabores originales de estos. Cada vez más, una de las conclusiones que llego en esta afición, es la preferencia por esas cocinas sutiles, con platos que tienen unos ingredientes principales bien definidos, y otros secundarios dedicados al realce de sabor del principal, y que fundamentalmente estudian y analizan los tiempos de preparación de cada producto para mantener su sabor original.

Merece la pena desplazarse hasta Quijas, entrar en la Nueva Torruca, y disfrutar de sus composiciones.

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5 Comments

  1. Jon Ander
    26 septiembre, 2012
    Responder

    No tienes compasión. Llevo unos días intentando quitarme de encima los 2.000 gramos que me traje de Cantabria. Pero mirando tus reportajes……..
    Cómo voy a comerme un plato de verduras?
    Bueno, de nuevo estupendo trabajo, Isaac.
    Un saludo a la espera del próximo.

    • 27 septiembre, 2012
      Responder

      El próximo si que tengo ganas, espacio de difícil reserva en la capital

  2. oscar 4435
    27 septiembre, 2012
    Responder

    La verdad es que se pasan unos ratos estupendos en ese restaurante , que pena , que no este mas cerca , para ir y venir , tranquilamente ,un saludo.

  3. Jelen
    27 septiembre, 2012
    Responder

    Que envidia!! Pero no nos cuentas nada de los vinos?? Un beso

    • 27 septiembre, 2012
      Responder

      Elena, esto lo acompañamos con un Guitian Godello, clásico, económico..bueno para acompañar arroces

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